La psicomotricidad gruesa engloba todos los movimientos que involucran a grandes grupos musculares que realicen movimientos amplios para poder cambiar la posición del cuerpo y mantener el equilibrio, adquirir destreza en los movimientos, agilidad, fuerza y velocidad.
El desarrollo psicomotor engloba distintos aspectos no sólo físicos sino también cognitivos como la memoria, asociaciones cognitivas, capacidad de adaptación, etc. Vamos a ir viendo algunos de estos aspectos que van a condicionar el desarrollo psicomotor:
TONO MUSCULAR
El tono muscular se refiere a la tensión muscular de los distintos grupos musculares que van a ser la base del movimiento. Es el responsable de mantener la postura y el gesto. En el desarrollo del niño, según en el estadio evolutivo que se encuentre, habrá que fijarse en las respuestas tónicas inadecuadas ya sea una hipotonía (tono muscular débil) o una hipertonía (tono muscular exagerado) de un grupo muscular determinado o más generalizado.
Cuando el niño nace el tono general es bajo pero cuenta con reacciones tónicas dirigidas a la supervivencia, son contracciones masivas que se desencadenan tras un estímulo. Estos reflejos arcaicos van desapareciendo a medida que van pasando los meses de vida del niño. Cuando el niño es un poco más mayor (siete u ocho años) sigue existiendo cierta tendencia a la generalización del movimiento o una generalización del aumento del tono que prepara para el movimiento.
La persistencia de estos patrones pasado un tiempo van a interferir en el correcto desarrollo psicomotor. Cuando el tono es inadecuado el niño encuentra dificultades en otras muchas áreas y su aprendizaje se ve limitado debido al exceso de energía dirigido a un control del tono muscular necesario para un correcto control postural que permitiría un acceso al aprendizaje y a experiencias evolutivas necesarias para el desarrollo, dificultando todavía más el desarrollo cognitivo del niño.
Si el niño presenta un aumento de tono patológico (espasticidad) debemos ofrecerle contacto corporal y movimientos de relax, debemos proporcionarle sensaciones de las diferencias de tono usando nuestro propio cuerpo como referencia. Si el niño presenta una disminución de tono (hipotonía) debemos proporcionarle experiencias que aumenten sus respuestas mediante el juego, la estimulación corporal y verbal que le hagan subir de emoción y con ello de tono.
LATERALIDAD
Una correcta lateralidad implica una progresiva especialización de ambos hemisferios. La lateralidad manual no se establece físicamente hasta los 4 o 5 años. Este aspecto psicomotriz va a influir en un correcto conocimiento del propio cuerpo y de su relación con el espacio.
SOMATOGNOSIA
La somatognosia es el conocimiento del propio cuerpo. Las informaciones táctiles, cinestésicas, vestibulares y propioceptivas nos van dando información de nuestro propio cuerpo permitiendo una imagen interiorizada del mismo pudiendo percibir las distintas partes del cuerpo.
En la formación del esquema corporal o somatognosia influyen otros aspectos psicomotrices como el tono muscular, el equilibrio y la lateralidad.
Un buen desarrollo del esquema corporal va a permitir en el niño la correcta imitación de los gestos, posturas, orientación espacial e influirá en la ejecución de los movimientos.
ORIENTACION ESPACIO-TEMPORAL
Los dos aspectos más importantes que influyen en el desarrollo de la orientación espacial son la somatognosia y la lateralidad. En el desarrollo de la orientación espacial el niño debe localizarse así mismo en el espacio y relacionar las distintas partes del cuerpo consigo mismo y con el entorno antes de poder localizar los objetos en el espacio, relacionándolos en primer lugar con su propio cuerpo y después entre ellos llegando a crear unas coordenadas espaciales.
PRAXIS
Piaget (1975) define las praxis como “sistemas de movimiento coordinados en función de resultado y de intención.” En la realización de las praxis debe existir un grado de integración de aspectos como la tonicidad (es necesario una potencia y tono adecuados), del equilibrio, del esquema corporal (coordinación corporal), de la lateralidad y de la orientación espacial (orientación respecto al espacio y a los objetos).
El desarrollo de las praxis va aumentando a medida que van aumentando las adquisiciones motoras conseguidas a través del movimiento y de las experiencias psicomotrices. Para la correcta realización de la praxis también debemos contar con una correcta coordinación óculo-manual, coordinación óculo-pedal y disociación de movimientos y segmentos corporales.
Existen muchos otros aspectos que influyen en el desarrollo psicomotor pero mi intención con este artículo es la de dar una ligera explicación de la psicomotricidad y de la importancia de dotar al niño de la posibilidad de conseguir experiencias psicomotrices y de movimiento. La mejor manera de estimular al niño para favorecer el desarrollo psicomotor va a ser mediante el juego. El juego proporciona posibilidades para descubrir su cuerpo y las relaciones con los objetos. El juego es el modo de comunicación propia del niño en el que nos va a poder expresar sus aprendizajes, emociones, pensamientos...
Niños en los que existe algún problema en el desarrollo psicomotor corren el riesgo de perder oportunidades de aprendizaje por eso, tanto familia como profesores como terapeutas que ayuden al correcto desarrollo del niño deben usar el juego como actividad clave en su rehabilitación, para ello existen distintos materiales que nos van a poder ayudar a ello. En este caso como estamos hablando de psicomotricidad gruesa en este enlace podéis ver algunos de estos materiales que nos van a servir para jugar con ellos y ayudarles en su desarrollo.
María Gaudioso Alonso (Terapeuta Ocupacional, Técnico Ortopeda y Diplomada en Educación Especial).
Comentarios